El camino correcto: introducción
El misterioso «camino correcto» del que se habla a menudo puede que no descienda de los cielos pavimentados en oro, y probablemente no llame a tu puerta y te diga que lo sigas. Las señales de que estás en el camino correcto comenzarán a aparecer cuando finalmente descubras el camino que has estado buscando todo el tiempo, y todo se reduce a cómo te sientes.
Sabrás intuitivamente cuando te encuentres con tu propio camino de vida, porque simplemente te parecerá correcto. Si no has experimentado este sentimiento antes, sigue leyendo mientras elaboramos algunas señales comunes de que estás en el camino correcto.
1. EN REALIDAD QUIERES SALIR DE LA CAMA POR LA MAÑANA.
Si no puedes esperar a empezar el día y te sientes emocionado por lo que te espera, lo más probable es que hayas encontrado algo importante que quieres lograr, tal vez incluso tu vocación. Presionar el botón de repetición del despertador demasiadas veces puede significar que realmente no quieres levantarte porque prefieres seguir en la cama que ir al trabajo o a estudiar. No te sientes absolutamente emocionado por tu vida, así que prefieres escapar de ella.
Una señal segura de que has elegido un camino correcto para ti es que ya no quieres esconderte de la vida bajo tus sábanas, quieres participar activamente y saborear cada minuto.
2. TE SIENTES EN PAZ.
Si constantemente te sientes estresado, nervioso, infeliz, o en algún tipo de confusión, probablemente has elegido el camino equivocado para ti. La vida no debería ser una lucha; ninguna planta o animal lucha, así que ¿por qué deberíamos luchar nosotros?
Independientemente de lo que pueda estar sucediendo a tu alrededor, te sientes tranquilo y contento con la situación en la que te encuentras en la vida. No dejas que las cosas fuera de ti te molesten más, porque te sientes a gusto en tu interior. Finalmente has encontrado el equilibrio en la vida, y todo se siente bien tal como es. No sientes que te pierdes nada, y tienes una fuerte conexión contigo mismo y con el universo, lo que contribuye a todo lo bueno de tu vida.
Finalmente puedes relacionarte con el dicho: «La vida es buena.»
3. TE SIGUEN PASANDO COSAS BUENAS.
Obviamente, cuando te conectas con tu ser superior y descubres lo que viniste a lograr, la vida comienza a parecer fácil. Conoces a las personas adecuadas en el momento justo, vas a lugares que mejoran tu crecimiento espiritual y te permiten prosperar, te vuelves más saludable, tienes más abundancia financiera, y así sucesivamente. Aunque el camino correcto no está completamente desprovisto de obstáculos, empiezas a notar que lo bueno finalmente pesa más que lo malo.
A menudo, las personas que toman caminos que no son adecuados para ellos se dan cuenta de que parecen atraer una cosa negativa tras otra, como amigos que les desconciertan, tarjetas bancarias robadas, llantas desinfladas, despidos laborales o cualquier otra cosa que les cause dolor e infelicidad. Sin embargo, pronto descubren que estas cosas suceden con mucha menos frecuencia cuando encuentran su flujo y hacen cambios en su vida para facilitar su mejor yo.
4. HACES QUE LAS COSAS SUCEDAN EN LUGAR DE ESPERAR A QUE SUCEDAN.
Quizás solías vivir pasivamente, pero ahora has empezado a tomar el control y a crear tu propia realidad. Ya no vives a través de otros o deseas que tu vida sea diferente de alguna manera; tomas posesión de tu propio destino y te das cuenta de que nada sucederá a menos que lo hagas.
Si quieres viajar, sólo tienes que irte sin preocuparte demasiado por los detalles o planearlo todo de antemano. Si quieres dejar tu trabajo y empezar tu propio negocio, lo haces sin tener que explicárselo a los demás o esperar al «momento adecuado» para hablar con tu jefe. Finalmente sabes lo que se siente al defenderte y no vivir de acuerdo a los estándares de los demás. En consecuencia, probablemente te sientas más seguro ahora porque no pones excusas a las circunstancias de tu vida; obtienes resultados porque te esfuerzas.
5. NO TE SIENTES ATRAPADO POR LAS REGLAS DE LA SOCIEDAD.
Sabes que viniste a este mundo como un ser soberano, perfectamente capaz de dirigir tu propia vida y tomar decisiones por ti mismo. No intentas seguir a la multitud o encajar en las normas establecidas por otras personas; sigues felizmente tu propio camino, incluso si caminas solo. Podría importarte menos cuánto dinero tienes en el banco o si eres dueño de una casa a la edad de 30 años o si tienes un título o no. Sabes que tu verdad vale la pena en cómo se sientes acerca de ti mismo, y la contribución que haces en la vida de los demás.
Vives libremente, saboreando cada momento de la vida, no viviendo en la sofocante monotonía que la sociedad llama vivir. Has creado una vida que te gusta vivir, no una ideada por otras personas con agendas ocultas. Te has separado de la manada, y nunca te has sentido más feliz.
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