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Bullying escolar: 8 señales de que un niño está siendo víctima de bullying

Bullying escolar: 8 señales de que un niño está siendo víctima de bullying

Bullying escolar

Sólo en EE.UU. uno de cada cinco estudiantes informa de haber sido acosado según el Centro Nacional de Estadísticas Educativas, 2016.

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El problema del acoso o bullying escolar

En 2005, el gobierno federal de Estados Unidos comenzó a recopilar estadísticas cuando la tasa de acoso era de alrededor del 28 por ciento. Tres de cada diez niños iban a la escuela sabiendo que serían acosados, incluso físicamente dañados. En una sociedad civilizada, esta tasa debería considerarse completamente inaceptable.

¿Listo para otra estadística preocupante?

El 64% de los niños que son acosados no lo reportan.

En este artículo, vamos a discutir ocho señales de acoso y bullying y lo que se puede hacer para animar a un niño a hablar. Además, proporcionaremos algunos recursos para ayudar con el problema.

1. CAMBIOS EN EL COMPORTAMIENTO O LA PERSONALIDAD

La intimidación puede ser devastadora para la autoestima de un niño. Cambios repentinos de comportamiento o en la personalidad pueden ser difíciles de observar al principio, sin embargo, estos cambios se volverán gradualmente más evidentes a medida que el acoso continúe.

Tan pronto como estos cambios se hacen evidentes, es necesario tratar de llegar a la raíz del problema.

2. LESIONES INEXPLICABLES

En casos de acoso extremo, el niño puede mostrar lesiones que no puede explicar. Los moretones y las áreas inflamadas se encuentran entre los tipos de lesiones más comunes. Los matones generalmente evitan el área de la cara debido al miedo a ser descubiertos; en lugar de eso se enfocan en el torso y las piernas.

Un niño que no puede explicar una lesión puede estar experimentando daño físico por parte de sus compañeros.

3. NO QUERER IR A LA ESCUELA

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) reportaron lo siguiente en la Encuesta Nacional de Comportamiento de Riesgo Juvenil (YRBS) del 2013:

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– El 21% de los niños en la escuela secundaria reportan haber faltado a la escuela por acoso.

– El 11% reportan faltar a la escuela por acoso electrónico (ciberbullying).

No sólo los niños son objeto de acoso en persona cuando asisten a la escuela, sino que también no termina una vez que están fuera de clase. Debido al rápido crecimiento de los medios sociales, a menudo son acosados en Facebook, Instagram y otras plataformas sociales.

4. DIFICULTAD PARA ESTUDIAR

No es sorprendente que el acoso afecte negativamente el compromiso del niño con su trabajo escolar. La falta de tiempo de estudio se correlaciona con la disminución del rendimiento académico.

Lamentablemente, esta tendencia está empeorando debido a la cantidad de tecnología que los niños tienen disponible. Es más probable que usen una computadora o un dispositivo móvil como medio de ‘escape’ que aprovecharlos para fines educativos.

5. CAMBIO EN LOS HÁBITOS DE COMIDA

Dana Thompson, dietista registrada en Glendale, Arizona, da un ejemplo de cómo el bullying escolar puede alterar los hábitos alimenticios de un niño:

«Una de las cosas que se está reportando es la cantidad significativa de presión ejercida por algunas niñas para que ‘no coman el almuerzo’«, continúa diciendo, «Las niñas están evitando comer por temor a que las compañeras las rechacen«.

Además, el acoso aumenta el riesgo de ansiedad y depresión del niño; dos condiciones relacionadas con los «patrones de alimentación desordenada».

6. DISMINUCIÓN DEL RENDIMIENTO ACADÉMICO

Uno de los resultados más trágicos del acoso es que el niño no alcanza su potencial. Se supone que la escuela es un lugar de aprendizaje y desarrollo. Los niños que son acosados no ven la escuela bajo esta luz; la ven como un lugar que debe evitarse.

Un rendimiento académico deficiente dificulta aún más la autoestima del niño y puede alterar sus opciones de vida; potencialmente incluso su futuro.

Si un niño está desempeñándose por debajo de sus capacidades, necesita una discusión seria sobre las causas.

7. HÁBITOS AUTODESTRUCTIVOS

Como se mencionó anteriormente, la intimidación puede dañar la salud mental del niño. En los casos de abuso, cuanto más tiempo continúe, peor será el resultado de la salud mental.

El acoso a largo plazo de un niño altera la química de su cerebro durante un tiempo en el que el cerebro se está desarrollando rápidamente. Los efectos negativos de este cambio cognitivo se pueden ver en las estadísticas de abuso de alcohol y drogas, y en las tasas de autolesión o suicidio.

8. USTED TIENE UN INSTINTO

Si usted es un padre, usted entiende lo que significa tener un instinto paternal. Algo no está bien con su hijo, y lo nota. Los adultos intuitivos y atentos, incluso aquellos que no son los padres del niño, pueden sentir que algo está mal.

«¿Qué puedo hacer?»

NO ignore sus instintos. Sea un adulto responsable y tome la iniciativa.

Si usted es un padre o maestro, usted está en la mejor posición posible para descubrir lo que está sucediendo – si es que ocurre algo -. Recuerde, más del 60% de los niños acosados no se lo dicen a nadie.

Si sospecha que está siendo intimidando, es importante que haga preguntas directas. Por ejemplo: «Tienes mucha hambre. ¿Has almorzado hoy?»

Después de hacer la pregunta, observe la reacción del niño. Lo que no dicen es a menudo más importante que lo que hacen. Vigile su lenguaje corporal para ver cómo se mueven y adónde dirigen sus ojos.

Si un niño se queda en silencio o no tiene una explicación razonable a su pregunta, es importante que persista e intente descubrir la verdad. Si el niño está siendo acosado, tome las medidas apropiadas.

Como adultos, cada uno de nosotros tiene que hacer todo lo posible para ayudar a un niño que se enfrenta al acoso.

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