Persona con ansiedad
Es normal que nos sintamos nerviosos de vez en cuando. Las exigencias que se nos imponen: desde nuestro trabajo, familia, las finanzas, etc. – a veces pueden ser abrumadoras. Para las personas con ansiedad crónica, una sensación persistente de malestar es un evento que dura todo el día. La tendencia de las personas ansiosas a enmascarar su enfermedad por miedo a ser «descubiertas» a menudo hace que la experiencia sea más difícil, tanto para el individuo como para quienes lo cuidan.
Si alguien a quien tú cuidas tiene ansiedad, es posibles que sientas una pérdida de control: esto es completamente normal; simplemente entiende que el simple hecho de estar ahí para tu ser querido puede marcar la diferencia.
HAY 11 MANERAS DE APOYAR COMPASIVAMENTE A ALGUIEN CON ANSIEDAD:
1 – SER ACOGEDOR Y ABIERTO
Simplemente hazle saber a la persona que estás allí y que estás dispuesto a escuchar, sin juicios ni críticas. Si se abre a ti, absténte de dar retroalimentación o consejo sobre lo que debe o no debe hacer a menos que te lo pida. Es importante entender que el simple hecho de permitirles hablar de sus pensamientos y sentimientos puede traer una sensación de alivio. No es necesario analizar todo lo que dicen. Simplemente debes estar presente, mirarlos a los ojos y reconocer sus preocupaciones.
2 – EDÚCATE A TI MISMO
Comprender las razones médicas de la ansiedad es una gran ventaja y te ayudará a ser parte de un mejor sistema de apoyo. Es importante recordar que un trastorno de ansiedad no es un trastorno del pensamiento, sino un desequilibrio químico. Una persona con ansiedad crónica entiende esto innatamente, porque por mucho que intentes detener los pensamientos, te darás cuenta de que esto es extremadamente difícil. Pero una comprensión básica del trastorno y sus síntomas puede hacer que seas una persona mejor y más informada con la que estar cerca.
3 – PASAR TIEMPO CON ELLOS
El hecho de que alguien que quieres tenga ansiedad no significa que no quiera pasar tiempo contigo. De hecho, el hecho de que estés cerca de tu ser querido es a menudo una maravillosa fuente de consuelo. Esto es por dos razones: (1) disfruta completamente de tu compañía, y (2) tu presencia les hace más difícil pensar en su ansiedad. También, trate de reconocer mejor su necesidad de espacio. Si dicen cosas como «Quiero estar solo» o «Sólo necesito tiempo para mí mismo», asegúrate de actuar en consecuencia.
4 – NO LA MENCIONES SI NO TE LO HA PEDIDO
Para una persona con ansiedad crónica, la aflicción a menudo puede ser una fuente de vergüenza. Aunque la ansiedad no es algo de lo que avergonzarse (después de todo, no pueden evitarlo), sigue siendo un tema delicado para ellos. Tratar de racionalizar un trastorno que a menudo es irracional sólo someterá a la persona a más incertidumbre y vergüenza. En vez de eso, simplemente trata de estar presente y habla de lo que quiera. Si habla de deportes, hablas de deportes. Si habla de películas, hablas de películas, etc.
5 – MANTÉNTE ACTIVO
Si estás disponible y la oportunidad se presenta, lleva a la persona afuera. El ejercicio es un remedio bien conocido para la ansiedad y puede traer un efecto casi mágico a la mente de la persona. Haz algo divertido como ir de excursión, dar un paseo en bicicleta o lanzar algunas canastas. Incluso un rápido paseo por el parque local puede ayudar a aliviar algunos de los síntomas causados por la ansiedad. La razón por la cual el ejercicio es tan efectivo es porque causa la liberación de endorfinas – hormonas que pueden crear sentimientos de euforia.
6 – MANTENER LA ESPERANZA
La ansiedad es una afección tratable, sólo toma tiempo. Hay muchos recursos gratuitos disponibles para las personas que sufren de este trastorno. Si piden consejo, sugiere algo útil; por ejemplo: meditación de atención plena, yoga, ejercicio u otra cosa. Si tiene la sensación de que están en un estado desesperado, sugiérales (no se lo recomiende) que tal vez debería consultar a un profesional médico.
7 – SE TÚ MISMO
No hay necesidad de cambiar quién eres porque tu ser querido tiene ansiedad. Lo más probable es que te aprecien por ser tú y no esperen nada diferente. De hecho, un cambio repentino de comportamiento -especialmente hacia uno más «terapéutico» o sombrío- puede hacer que se sientan culpables. En vez de eso, sé tú mismo. La única excepción es si tú te sientes negativo o particularmente vulnerable a la ira; en cuyo caso, es mejor estar en otro lugar.
8 – SER RESISTENTE
Una persona que tú quieres que se aflige con ansiedad puede causar angustia emocional. Cuando te sientes de esta manera, puede afectar a tu calidad de vida. Es importante recordar que lo estás haciendo lo mejor que puedes, y que es probable que todo salga bien. Esta situación con tu ser querido es temporal, así que mantente firme y tómalo sólo un día a la vez. Eso es todo lo que puedes hacer.
9 – NO TE TOMES LAS COSAS COMO ALGO PERSONAL
Para la persona afectada, manejar la ansiedad es una tarea difícil y a menudo agotadora. Esto se debe a que el constante monólogo interno que viene con la ansiedad a menudo los agota de recursos mentales y físicos. Como tal, es importante no tomárselo como algo personal si de repente se salen de una conversación, buscan soledad o actúan de manera distante; los actos son simplemente un subproducto de pensamientos ansiosos.
10 – SEPARA A LA PERSONA DE LA ANSIEDAD
La totalidad de una persona es mayor que la suma de sus partes, y esto también es cierto para alguien con ansiedad. Si bien para alguien que tú quieres que lucha contra el trastorno, puede ser muy difícil separar la ansiedad del individuo. Lo último en lo que quieren que pienses cuando los veas es en «ansiedad». Recuerda, este es un ser humano con pensamientos y emociones variadas y complejas. No permitas que la aflicción defina a la persona como tú la conoces. Acércate a cada encuentro con una mente abierta y sin prejuicios.
11 – ESTAR DISPONIBLE
Aunque a veces no lo parezca, eres una bendición para una persona con ansiedad. Estar disponible para que discutan sus pensamientos y sentimientos es a menudo un santuario para ellos. Recuérdale a tu ser querido que no estás más que a una llamada telefónica de distancia, y que estarás ahí para él sin importar la hora y el momento. Aunque les cueste trabajo expresarlo, te aprecian y te quieren más allá de toda comprensión.
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